Anne Visita el doctor!


Hace un par de meses había estado algo enferma, le había visto en consulta y no había logrado sacarlo de mi cabeza, había pasado varias noches imaginando las delicadeces de su ser, su perfecto corte de cabello, sus manos con manicura, la blancura marcada de su enorme sonrisa, sus brazos marcados por el gimnasio; no hacía mucho se había graduado de medicina y tenía una actitud muy vigorosa al dirigirse a sus pacientes, entonces me llamó, al entrar cerré la puerta y aseguré, estaba muy nerviosa, sabía lo que quería pero no sabía como iba a resultar todo, las preguntas de rutina siguieron al momento en el que me  tomó de la mano y me saludo. -Hola Ana; -dime Anne insistí.

En un momento me pidió que me bajará el pantalón y me recostará en la camilla con piernas recogidas, él se ponía un guante y aplicaba algo de glicerina en su dedo, mientras me desnudé de cintura para abajo, algo que él no se esperaba, le había mentido sobre la consulta para que el pusiera su dedo en mi ano durante la consulta, él buscaba alguna anomalía y encontró un gemido, disimuladamente giré mi cabeza para ver su rostro de sorpresa, no podía creerlo, me miró directamente a los ojos y le miré de forma coqueta, él trato de seguir el examen e intencionalmente volví a hacerlo, gemí más sexualmente está vez mientras el introducía su dedo en mi ano, sabía que me estaba mirando, así que retiré mi camiseta para taparme la cara y dejarlo ver mis senos, pues ese día no había usado brasier, yo estaba estática esperando su reacción, deslizó hacía afuera su dedo y volví a gemir para él, me giré y vi que se alejo temeroso para quitarse el guante y votarlo, si quería mi premio debía relajarlo, así que me baje de la camilla y me arrodille de manera que cuando se giró me vio allí en el suelo y todo estaba dicho, él ya sabía lo que quería y yo me apresuré a buscar su pene entre su pantalón para ponerlo en mi boca y evitar cualquier reacción, su bata adornaba su ser, yo temblaba de nervios pero en cuanto sentí lo duro que se estaba poniendo supe que no habría vuelta atrás, entonces me giré dandole la espalda y lo jalé del pene hacía la camilla, allí estaba mi pantalón, le puse el condón y le guié hacía mi interior.

cuando sentí sus fuertes manos sujetando mi cintura y jalandome hacía él, deje caer mi cabeza contra la camilla, ya tenía lo que había venido a buscar, él joven doctor estaba anonadado, excitado y me hacía suya con fuerza y determinación. Sentí venirme pero yo quería más, el tiempo era poco y la adrenalina estaba al limite en mi ser. Me dí la vuelta entonces y me recosté en la camilla justo como había imaginado tantas veces, él levanto mis piernas al aire y me penetró constantemente, tapé mi boca para controlarme un poco y sentí nuevamente llegar..... él estaba agotado y se dejo caer en la silla, sobre el escritorio había algo de glicerina y sin pensarlo le aplique varias veces sobre el pene de forma generosa y dandole la espalda guié su pene hacía mi ano, cuando estuvo adentro el sujeto mis senos y empecé a sentir delicioso dentro de mi, estaba allí dando todo lo que mis piernas podían cuando sentí dentro de mí que él se había venido, estaba agotada y avergonzada, debía salir de allí, así que corrí a vestirme, del afán deje mi ropa interior pero no importaba, era lo que había venido a buscar y tras cerrar la puerta, deje atrás al joven doctor, no volvería a verle nunca. Creo.



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