Princesa de la noche



Era tarde en la noche y ella estaba esperando fuera de mi puerta, me saludo con un beso en la mejilla y luego en mi boca, entramos y al subir la escalera pude contemplar lentamente su figura, adoraba la forma en la que sus piernas y su trasero se complementaban, se organizaban armónicamente para hacer resaltar cada atributo de su ser.

 Al abrir la puerta de la habitación la invite a cruzar y deje que mi mano recorriera su espalda hasta tocar su trasero, ese, que me enloquecía y que recordaba en noches de soledad. Algunas palabras se pronunciaron respecto a las habitualidades del día, se arrodillo en la cama y dejó caer su busto estirando las manos hacía el otro extremo.
había poco tiempo y ella sabía lo que quería, tome una de mis corbatas para vendar sus ojos y otra para atar sus manos, no era un gran nudo, ella podría liberarse si quisiera, pero no quería, era evidente, sujeté su cabello que solía entrometerse entre beso y beso.

Mientras ponía algo de música podía oír la mezcla exquisita entre su respiración agitada y su risa nerviosa.

Me acerque sonriente de verla nuevamente, había anhelado besarla cada instante desde aquella vez, le desnude lentamente y en esa maravillosa posición en la cual su trasero se elevaba hacía el universo mismo y su rostro mordía la cobija expectante de lo que vendría, acerqué mi rostro a su sexo y solamente la música y los gemidos se pudieron escuchar, adoraba mi forma de besar todo lo que rodea y compone su entre pierna, no dejaba un centímetro sin besar y ella lo sabía, ella lo adoraba, me levante y me quité el cinturón, odiaría lastimarla, solamente la golpeé suavemente un par de veces, otras con mis manos, podía ver su rostro de placer y disfrutaba placidamente de ese pequeño gemido ocasional que esto le causaba, con la visión bloqueada, se concentraba en cada una de las sensaciones que su piel proveía a su ser, sin esperarlo pronto la forma de su boca denotó el éxtasis que le producía sentir mi pene deslizandoce dentro de su ser, suave era algo que no podía permanecer mucho tiempo, la música llevaba un ritmo acelerado y así también iba yo, nuevamente la escuche gemir, me encantó oírla, sujeté sus caderas mientras entregaba toda mi energía a ese instante con firmeza y pasión, el climax se acercaba con poderosos anuncios en cada fibra de nuestros seres, de pronto se dejo caer, tanto placer ya era insoportable, la forma como estiró sus piernas y la posición de cabeza lo decían todo, nuevamente tenía un orgasmo, me acerque lentamente y quite la venda de sus ojos y empezó a besar mi pene con la misma agitación con la cual la había penetrado, su bello cuerpo se recostaba y acomodaba para permitirme verla, empezó a masturbarse, ya no podía más, yo también lo hice, me masturbe observandola y sintiendo sus labios bajo mis testículos, ella agitaba su clítoris sagazmente y sabia que iba a llegar de nuevo, yo también podía sentirlo, y en una sincronía del cosmos, mi semen baño su cuerpo desde sus pechos aún húmedos por el sudor y mis besos hasta sus piernas, su mirada afirmaba dos cosas, le había gustado y había sido un orgasmo sincronizado.... pero ya era hora de partir, otro día volveríamos a encontrarnos, por suerte, no vivía muy lejos.

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